tag:blogger.com,1999:blog-86298967461927167652024-03-08T06:01:31.506-03:00del otro lado de la pantallayo aquí, con mis pequeños vuelos cotidianos, mientras allí... del otro lado de la pantalla suceden diferentes vuelos.
Analía Mabel PascanerAnalía Pascanerhttp://www.blogger.com/profile/01951053863733385025noreply@blogger.comBlogger5125tag:blogger.com,1999:blog-8629896746192716765.post-72745519347444596732010-04-21T10:27:00.010-03:002010-05-09T11:43:43.026-03:00El cuarto angosto: Analía Pascaner - Viviana Walczak<span style="COLOR: rgb(0,0,153);font-family:verdana;" ></span><br /><span style="font-size:85%;"><span style="color:#330099;"><span style="COLOR: rgb(0,0,153);font-family:verdana;" ><strong><span style="color:#330099;">La stanza st</span><span style="color:#330099;">retta (Racconto)</span></strong><span style="color:#330099;"> </span></span><br /><span style="COLOR: rgb(0,0,153);font-family:verdana;" ><strong><span style="color:#330099;">Traduzione V</span><span style="color:#330099;">iviana Walczak </span></strong></span><br /></span></span><div align="justify"><br /><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#330099;"><span style="color:#330099;">Luca era </span>fermo in mezzo alla stanza guardandosi intorno con lo sguardo attonito. In principio soltanto intuiva ma poi capi ció che stava accadendo. La porta era sparita del tutto ed al suo posto c'era una striscia di legno. Le sue labbra si seccarono e la sua gola soffocó un urlo.<br />La stretta stanza di pareti chiare s'impiccoliva schiacciandolo. Le pareti si scurivano in fretta, avvicinandosi minacciose. Il tetto scendeva ed era diventato buio come la notte che aveva appena osservato qualche minuto prima eppure, la finestra non c'era piú, al suo posto solo c'era un piccolo rettangolo piú chiaro. Si sentiva ingoiato ed asfissiato da quella stanza che si stringeva ogni volta di piú. Cercó di chiedere aiuto ed aprí la bocca sperando che il suo urlo sorgesse dal piú profondo del petto, ma non fu possibile proferire alcun suono, poiché le pareti giá sfioravano la sua pelle.<br /><br />©Analia Pascaner<br />Scrittrice ed Editrice argentina </span><span style="COLOR: rgb(0,0,153);font-family:verdana;" ><br /><br /><span style="font-size:85%;"><span style="color:#330099;"><em>Traducción incluida en el blog de Viviana Walczak</em>:<br /></span></span><a href="http://www.anconalontana.blogspot.com/2010/04/la-stanza-stretta-racconto.html"><span style="font-size:85%;">www.anconalontana.blogspot.com/2010/04/la-stanza-stretta-racconto.html</span></a><span style="font-size:85%;"> </span></span></div><div align="justify"><span style="COLOR: rgb(0,0,153);font-family:verdana;" ><a href="http://www.anconarte.blogspot.com/2010/04/la-stanza-stretta-racconto.html"><span style="font-size:85%;">www.anconarte.blogspot.com/2010/04/la-stanza-stretta-racconto.html</span></a><span style="font-size:85%;"><br /></span></span></div><span style="COLOR: rgb(0,0,153);font-family:verdana;" ><div align="left"><br /><strong><span style="font-size:85%;color:#330099;">Otros espacios de Viviana Walczak (Argentina), escritora, artista plástica, docente bilingüe, prologuista:</span></strong></div><div align="left"><span style="COLOR: rgb(0,0,153);font-family:verdana;" ><a href="http://www.vivianawalczak.blogspot.com/"><span style="font-size:85%;">www.vivianawalczak.blogspot.com</span></a><span style="font-size:85%;"><br /></span><a href="http://www.anconalontana.blogspot.com/"><span style="font-size:85%;">www.anconalontana.blogspot.com</span></a><span style="font-size:85%;"><br /></span><a href="http://www.anconarte.blogspot.com/"><span style="font-size:85%;">www.anconarte.blogspot.com</span></a></span></div></span><br /><span style="COLOR: rgb(0,0,153);font-family:verdana;" ><div align="justify"><br /><span style="COLOR: rgb(0,51,0);font-size:85%;" >* * *<br /><br /><strong>El cuarto angosto</strong><br /><br />Lucas estaba parado en medio de la habitación mirando a su alrededor con ojos atónitos. Al comienzo sólo lo intuyó, pero en ese momento estaba seguro de lo que ocurría. La puerta había desaparecido totalmente: un listón de madera ocupaba su lugar. Sus labios se secaron y su garganta ahogó el alarido.<br />El cuarto angosto de paredes claras se achicaba y lo comprimía. Las paredes se oscurecían aprisa, se acercaban amenazantes. El techo bajaba y se había tornado tan negro como la noche que observara por la ventana unos minutos antes; sin embargo ya no había ventana, sólo un pequeño rectángulo algo más claro se hallaba en su lugar. Se sentía devorado y asfixiado por ese cuarto que se estrechaba cada vez más y más. Se empeñó en pedir auxilio, abrió su boca muy grande y procuró que el grito brotara desde lo más profundo de su pecho, mas no pudo proferir sonido alguno, las paredes ya rozaban su piel.</span></div><div align="justify"><span style="COLOR: rgb(0,0,153);font-family:verdana;" ><span style="COLOR: rgb(0,51,0)"><span style="COLOR: rgb(255,255,255);font-size:85%;" >.....................................................................</span><span style="font-size:85%;"><em>Agosto 2004<br /></em>©Analía Pascaner </span></span></span></div><div align="justify"><span style="COLOR: rgb(255,255,255);font-family:Verdana;font-size:85%;" >..........</span></div></span>Analía Pascanerhttp://www.blogger.com/profile/01951053863733385025noreply@blogger.com19tag:blogger.com,1999:blog-8629896746192716765.post-21962868085388267652010-04-21T10:08:00.022-03:002010-05-09T11:51:29.102-03:00Un soplo de luz: Analía Pascaner - Gustavo Vaca Narvaja<span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><span style="color:#ffffff;"><strong>..............</strong></span><br /></span></span><span style="color:#003300;"><strong><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">Un soplo de luz<br /></span><em><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">Texto original<br /></span></em></strong><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><span style="color:#ffffff;">....................................</span><em>Para K B, siempre pegada a mi corazón</em><br /><br />La supremacía del leopardo la sorprendió sobre una de las ramas bajas del roble. Sus ojos verdes destilaban odio y sus gruñidos abundaban en reproches. De un zarpazo la derribó y jugueteó con ella, arrancó algunas de sus plumas y prosiguió ultrajándola. Sus punzantes garras se ahondaron una y otra vez en su corazón. La calandria se derrumbó y sangró. La arrogancia del leopardo la destrozó y desparramó esos pedazos a su alrededor sin compasión. Luego colocó su pata encima del menudo pecho blanquecino, mientras clavaba todas sus dagas en aquél que suponía su oponente. Y cuando creyó acabada su tarea, el felino se marchó arrojándole sus propias culpas y miserias. La calandria permaneció unos instantes en el suelo y, con extremada suavidad y admirable compostura, desplegó sus maltratadas alas mientras ocurría la transformación.<br />Una mujer de mediana edad recogía los trozos de su integridad, esparcidos por doquier. Una mujer que en esa contienda inútil llorara aunque ni una sola lágrima humedeciera sus ojos, y gritara aunque ni un solo sonido traspasara el límite de sus labios. Un profundo dolor abatía su alma. Se inclinó y descansó todo el peso de su maltrecho cuerpo sobre sus manos temblorosas, aferradas al borde de una mesa como a la vida misma. En ese momento, profusos lagrimones empaparon su rostro impidiéndole poseer una clara visión, sin embargo logró distinguir una luminosa figura.<br />La contempló con cuidado: apenas sobrepasaba la altura de la mesa, los ojos relucientes clavados en sus propios ojos, penetrando hasta su alma. Las lágrimas comenzaron a diluirse mientras apreciaba su cabello claro y brillante, sus pupilas renegridas, sus pestañas casi invisibles, su menuda nariz, sus mejillas rozagantes, sus labios húmedos, su cuello redorgete, su ropa impecable, su frágil e indefenso cuerpecito, sus manitos apoyadas sobre la mesa. La imagen, borrosa hacía apenas segundos, adquirió absoluta nitidez. La luz que emanaba de ese pequeño ser colmaba la habitación.<br />La mujer soltó sus manos de la mesa sin apartar su mirada de los ojos de la niña. Procuró y consiguió mantener su entereza física y anímica y se arrodilló para estar frente a esa criatura que la observaba atentamente. La tomó entre sus brazos, la alzó y le pidió un abrazo de ésos que sólo ellas dos saben darse. Se abrazaron durante un tiempo que resultó infinito, placentero, cálido, puro. Los brazos de la mujer rodearon por completo esa espalda pequeña y la estrechó con la fuerza del cariño, con el poder de la comprensión, con el deseo de recibir su desinteresado amor. La mejilla de la pequeña pegada a la suya, las delicadas manitos reposando en su nuca, la respiración inocente y agitada tranquilizándola poco a poco. Esos dos corazones palpitaban a un mismo ritmo de entendimiento y ternura, un ritmo de urgencia y necesidad mutua de detener todos los relojes y permanecer unidas para siempre.<br />La mujer se agachó lentamente, depositó con delicadeza a la niña sobre el suelo y volviendo a esos ojitos curiosos y brillantes, expresó con voz tranquila:<br />-Todo está bien, mi amor, creeme que todo está bien, si?<br />La pequeña asintió mientras su mirada se hundía en el alma malherida de la mujer, y ésta continuó hablando:<br />-Ahora andá que te esperan para salir de paseo. Todo va a estar bien. Siempre todo estará bien.<br />El beso húmedo y espontáneo reconfortó a la mujer de rostro salado y ojos melancólicos. Le dio una palmadita en la cola para animarla a marcharse y se incorporó.<br />Sus ojos se humedecieron cuando la pequeña se dio vuelta, ya cerca de la puerta, y le regaló una sonrisa repleta de redondos dientes de leche mientras balbuceaba un saludo.<br />La mujer guardó esa sonrisa en su corazón y comprobó que jamás habría situación o persona alguna que pudieran destruir la conexión que la unía a ese imponente y poderoso ser.<br />Finalmente, el canto de la calandria resonó triunfal.<br /><br /><span style="color:#ffffff;">……………………………………………………………………</span><em>Agosto 2004</em><br />©Analía Pascaner<br /><span style="color:#ffffff;">...........</span><br /></span></span><strong><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">* * *<br /></span></strong></span><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><span style="color:#000099;"><strong>Gustavo Vaca Narvaja, sobre un texto de Analía Pascaner</strong> </span><br /><span style="color:#000099;"><em></em></span><br /></span></span><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><span style="color:#000099;"><em>“Me atreví a intercalar algo... porque veía eso”. Gustavo Vaca Narvaja, escritor argentino.<br /></em><br /><strong></strong></span><br /></span></span><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><span style="color:#000099;"><strong>Un soplo de luz<br /></strong><br /><span style="color:#ffffff;">.........................</span><em>Para K B, siempre pegada a mi corazón</em><br /><br /></span><br /><br /><br /></span></span><div align="center"><span style="color:#000099;"><strong><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">¡Es a mí a quien han herido!<br />Es a mí<br />He volado tan alto<br />que por alas cansadas<br />me hirió una bala de plata<br />Gvn<br /></span></strong></div></span><span style="color:#000099;"><br /><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">La supremacía del leopardo la sorprendió sobre una de las ramas bajas del roble. Sus ojos verdes destilaban odio y sus gruñidos abundaban en reproches. De un zarpazo la derribó y jugueteó con ella, arrancó algunas de sus plumas y prosiguió ultrajándola. Sus punzantes garras se ahondaron una y otra vez en su corazón. La calandria se derrumbó y sangró. La arrogancia del leopardo la destrozó y desparramó esos pedazos a su alrededor sin compasión. Luego colocó su pata encima del menudo pecho blanquecino, mientras clavaba todas sus dagas en aquél que suponía su oponente. Y cuando creyó acabada su tarea, el felino se marchó arrojándole sus propias culpas y miserias. La calandria permaneció unos instantes en el suelo y, con extremada suavidad y admirable compostura, desplegó sus maltratadas alas mientras ocurría la transformación.<br /><br /><br /></span><div align="center"><br /><strong><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">¡Cuántas!<br />¿Cuántas veces a mí me han deshecho?<br />Con excusas y mentiras<br />Convirtiendo mi vuelo en ceniza<br />y mi grito en silencio<br />Gvn<br /></span></strong></div><br /><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">Una mujer de mediana edad recogía los trozos de su integridad, esparcidos por doquier. Una mujer que en esa contienda inútil llorara aunque ni una sola lágrima humedeciera sus ojos, y gritara aunque ni un solo sonido traspasara el límite de sus labios. Un profundo dolor abatía su alma. Se inclinó y descansó todo el peso de su maltrecho cuerpo sobre sus manos temblorosas, aferradas al borde de una mesa como a la vida misma. En ese momento, profusos lagrimones empaparon su rostro impidiéndole poseer una clara visión, sin embargo logró distinguir una luminosa figura.<br /><br /><br /></span><div align="center"><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><strong>Una imagen<br />Avasallante imagen<br />invade la quimera<br />de un destino intrépido<br />Belleza imbuida de vida<br />Gvn</strong><br /><br /></span></span></div><div align="left"><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">La contempló con cuidado: apenas sobrepasaba la altura de la mesa, los ojos relucientes clavados en sus propios ojos, penetrando hasta su alma. Las lágrimas comenzaron a diluirse mientras apreciaba su cabello claro y brillante, sus pupilas renegridas, sus pestañas casi invisibles, su menuda nariz, sus mejillas rozagantes, sus labios húmedos, su cuello redorgete, su ropa impecable, su frágil e indefenso cuerpecito, sus manitos apoyadas sobre la mesa. La imagen, borrosa hacía apenas segundos, adquirió absoluta nitidez. La luz que emanaba de ese pequeño ser colmaba la habitación. </span></div><div align="center"><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><strong>Y… ella brotó<br />de una oscuridad mansa<br />¿Y cómo era?<br />De ojos vivaces<br />Sonrisa contagiosa… y un<br />enigmático trazo…<br />Dibujada por Leonardo Da Vinci<br />Gvn</strong><br /></span></span></div><div align="left"><br /><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">La mujer soltó sus manos de la mesa sin apartar su mirada de los ojos de la niña. Procuró y consiguió mantener su entereza física y anímica y se arrodilló para estar frente a esa criatura que la observaba atentamente. La tomó entre sus brazos, la alzó y le pidió un abrazo de ésos que sólo ellas dos saben darse. Se abrazaron durante un tiempo que resultó infinito, placentero, cálido, puro. Los brazos de la mujer rodearon por completo esa espalda pequeña y la estrechó con la fuerza del cariño, con el poder de la comprensión, con el deseo de recibir su desinteresado amor. La mejilla de la pequeña pegada a la suya, las delicadas manitos reposando en su nuca, la respiración inocente y agitada tranquilizándola poco a poco. Esos dos corazones palpitaban a un mismo ritmo de entendimiento y ternura, un ritmo de urgencia y necesidad mutua de detener todos los relojes y permanecer unidas para siempre. </span></div><div align="center"><br /><strong><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">¡Te ordeno!<br />¡Nace!<br />¡Nace pequeña princesa de plata!<br />¡Emerge sola!<br />Sola…<br />Muy sola<br />¡Y luego!<br />Besa la pantalla oscura de la noche, con<br />¡miles de estrellas!<br />¡Lluvia de pequeñas luces!<br />¡Luces…cientos…miles!<br />Gvn<br /></span></div></strong><div align="left"><br /><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">La mujer se agachó lentamente, depositó con delicadeza a la niña sobre el suelo y volviendo a esos ojitos curiosos y brillantes, expresó con voz tranquila:<br />-Todo está bien, mi amor, creeme que todo está bien, si?<br />La pequeña asintió mientras su mirada se hundía en el alma malherida de la mujer, y ésta continuó hablando:<br />-Ahora andá que te esperan para salir de paseo. Todo va a estar bien. Siempre todo estará bien.<br />El beso húmedo y espontáneo reconfortó a la mujer de rostro salado y ojos melancólicos. Le dio una palmadita en la cola para animarla a marcharse y se incorporó. </span></div><div align="center"><br /><strong><span style="font-family:verdana;font-size:85%;">Nada se puede<br />Después que la luna se opaca<br />Una brisa… tan solo una brisa<br />invisible<br />barre su historia<br />La tristeza del adiós sucumbe<br />ante la voluntad de vida<br />Gvn<br /></span></div></strong><div align="left"><br /><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;">Sus ojos se humedecieron cuando la pequeña se dio vuelta, ya cerca de la puerta, y le regaló una sonrisa repleta de redondos dientes de leche mientras balbuceaba un saludo.<br />La mujer guardó esa sonrisa en su corazón y comprobó que jamás habría situación o persona alguna que pudieran destruir la conexión que la unía a ese imponente y poderoso ser.<br />Finalmente, el canto de la calandria resonó triunfal.<br /><span style="color:#ffffff;">..................</span></span></span></span></div>Analía Pascanerhttp://www.blogger.com/profile/01951053863733385025noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8629896746192716765.post-66392948776789522912010-04-21T10:01:00.017-03:002010-05-09T11:52:20.548-03:00Hoy mi alma está gris: Analía Pascaner - Robert Gurney<span style="COLOR: rgb(0,0,153)"><em></em></span><span style="color:#333333;"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><strong>Robert Gurney, sobre un texto de Analía Pascaner </strong><br /><br /><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"><em><span style="color:#333333;">"Cuando</span> <span style="color:#333333;">leí este texto en prosa, vi en seguida que es un poema. Lo arreglé en forma de un poema y lo devolví a Analía. Mi motivo fue el de animarla a escribir poesía, que, en realidad, es lo que ella escribe". Robert</span> <span style="color:#333333;">Gurney, escritor inglés</span><span style="color:#333333;">.</span></em></span></span></span></span><span style="font-family:verdana;font-size:85%;color:#333333;"><br /></span><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"><strong><em><br /></em></strong></span><span style="COLOR: rgb(51,0,51)"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><span style="COLOR: rgb(0,0,153)"><span style="color:#333333;"><strong>Hoy mi alma está gris<br /></strong><br />Las cinco en punto<br />de esta amenazante tarde.<br /><br />La bruma<br />permite descansar<br />de miradas intrusas<br />a las montañas<br />del oeste.<br /><br />Detrás de esa espesura gris<br />adivino las formas<br />y los colores<br />de esas moles,<br />mudos testigos diarios<br />de la vida,<br />de <em>mi</em> vida.<br /><br />Montañas misteriosas<br />y cautivantes,<br />jugando permanentemente<br />a cambiar de color,<br />atrapando todos los tonos<br />de gris y amarillo,<br />azul y verde;<br />mostrándose rosadas<br />cuando el sol las acaricia<br />en cada amanecer,<br />tornándose transparentes<br />cuando ese sol<br />desaparece<br />tras ellas.<br /><br />Hoy descansan,<br />hoy no toman ningún color,<br />hoy me permiten<br />imaginarlas<br />como mi alma<br />desee sentirlas.<br /><br />Una lluvia mansa<br />limpia el valle.<br /><br />Observo las gotas<br />desprendiéndose<br />suavemente<br />desde el techo<br />gris plomizo.<br /><br />Otras gotas danzan<br />entre las hojas<br />de los árboles y las plantas<br />antes de acariciar el pasto.<br /><br />Hoy<br />quisiera transformarme en nube<br />para permanecer frágil<br />y poderosa,<br />cercana y lejana,<br />indemne e inalcanzable.<br /><br />Hoy mi conciencia<br />al fin reconoce<br />el peligro de permanecer<br />inmersa en esta obsesión.<br /><br />Obsesión caprichosa<br />ocupando mi mente<br />desde hace algún tiempo.<br /><br />Obsesión absurda<br />envolviendo mi ser<br />en una tristeza asfixiante.<br /><br />Obsesión semejante<br />a un monstruo absorbente<br />tomando mayor confianza<br />a cada minuto:<br />una telaraña<br />incómoda y pegajosa,<br />una luz oscura y dolorosa<br />naciendo en lo más profundo,<br />hiriendo mi interior,<br />desgarrando mis entrañas.<br /><br />Un monstruo invasor<br />arrastrando mi vida,<br />apropiándose de mis sentimientos.<br /><br />¡Ay!<br />con esta angustiante obsesión:<br />dueña absoluta<br />de cada uno de mis días.<br /><br />Hoy deseo liberarme<br />y vagar con libertad.<br /><br />Hoy todo es gris<br />en este inmenso cielo.<br /><br />Hoy mi alma está gris…<br />y nada hago por impedirlo.<br /></span></span><br /><br /></span></span></span><span style="COLOR: rgb(0,51,0);font-family:verdana;font-size:85%;" >* * *<br /><br /></span><span style="COLOR: rgb(0,51,0)"><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><strong>Hoy mi alma está gris<br /><em>Texto original</em></strong><br /><br />Las cinco en punto de esta amenazante tarde.<br />La bruma permite descansar de miradas intrusas a las montañas del oeste. Detrás de esa espesura gris adivino las formas y los colores de esas moles, mudos testigos diarios de la vida, de <em>mi</em> vida. Montañas misteriosas y cautivantes, siempre intentando modificar sus colores; atrapando todos los tonos de gris y amarillo, azul y verde; mostrándose rosadas cuando el sol las acaricia en cada amanecer, tornándose transparentes cuando ese sol desaparece tras ellas. Hoy descansan, hoy no toman ningún color, hoy me permiten imaginarlas como mi alma desee sentirlas.<br />Una lluvia mansa limpia el valle.<br />Observo las gotas desprendiéndose suavemente desde el techo gris plomizo. Otras gotas juguetean entre las hojas de los árboles y las plantas antes de acariciar el pasto.<br />Hoy quisiera transformarme en nube para permanecer frágil y poderosa, cercana y lejana, indemne e inalcanzable.<br />Hoy mi conciencia al fin reconoce el peligro de permanecer inmersa en esta obsesión.<br />Obsesión caprichosa ocupando mi mente desde hace algún tiempo. Obsesión absurda envolviendo mi ser en una tristeza asfixiante. Obsesión semejante a un monstruo absorbente tomando mayor confianza a cada minuto: una telaraña incómoda y pegajosa, una luz oscura y dolorosa naciendo en lo más profundo, hiriendo mi interior, desgarrando mis entrañas. Un monstruo invasor arrastrando mi vida, apropiándose de mis sentimientos. ¡Ay! con esta angustiante obsesión: dueña absoluta de cada uno de mis días.<br />Hoy deseo liberarme y vagar con libertad.<br />Hoy todo es gris en este inmenso cielo.<br />Hoy mi alma está gris… y nada hago por impedirlo.<br /><br /><span style="COLOR: rgb(255,255,255)">……………………………………………………………………………………</span></span></span><span style="font-family:verdana;"><span style="font-size:85%;"><em>Mayo 2004<br /></em>©Analía Pascaner<br /></span></span></span><span style="COLOR: rgb(255,255,255);font-family:verdana;font-size:85%;" >.........................</span>Analía Pascanerhttp://www.blogger.com/profile/01951053863733385025noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-8629896746192716765.post-19688837861767152052010-04-18T09:47:00.002-03:002010-05-08T11:47:12.644-03:00mis cuentos en la red<span style="font-family:georgia;font-size:85%;color:#6600cc;">Espacio en construcción</span><br /><span style="font-size:85%;color:#6600cc;">A.P.</span>Analía Pascanerhttp://www.blogger.com/profile/01951053863733385025noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8629896746192716765.post-26402518009112808862010-04-18T09:45:00.012-03:002010-05-08T11:47:34.656-03:00la revista con voz propia en la red<span style="font-family:georgia;font-size:85%;color:#6600cc;">Espacio en construcción<br />A.P.</span>Analía Pascanerhttp://www.blogger.com/profile/01951053863733385025noreply@blogger.com0